martes, febrero 21, 2006

Hay algo

Con un cigarrillo en la comisura, la caja desnuda, hielo en el congelador, y Bitles en la radio, descascaro unas líneas que, a priori, han de naufragar en mi inconstancia.
Sólo unas cuantas palabrejas, nada más.
No podemos manufacturar la felicidad (eso es cosa de griegos). No podemos tramar la lluvia (eso es cosa de caciques). No podemos inventarnos (eso es cosa de dioses o de sueños —en este caso me permito la redundancia, pues Orfeo es o quiso ser, o quiso que otros le fueran—).
Qué son las canciones sino mendrugos de loas imprecisas. Qué son las poesías sino salivazos de imágenes petulantes. Qué son los sentimientos sino puñales de lava.
¿Qué?
Porque Galileo (¡¡¡Magnífico!!!) remató que sin embargo se movía. Lennon apuró que nadie cambiaría su mundo. Y yo, a modo de testimonio, susurro: Hay algo... algo que no entiendo y me retuerce el alma.
Y ese Algo es lo que soy. Y lo que me justifica de un modo engreído.
Lo demás se lo debo a mis amigos.

19-II-2006 - E. D.