martes, febrero 21, 2006

Primus Inter Pares

Lo esencial de la nobleza consiste en forjar sus propios valores. Por encima de todo imperativo moral el alma noble se impone su propio Código. De tal modo que aún cuando obra en el elemento del mal permanece todavía fiel a sí misma. Por eso la iracunda violencia de Aquiles demuestra tanta belleza. Y el suicidio ritual de un Samurai no implica el absurdo de una abolición innecesaria: un espíritu templado en la nobleza conoce que la vida guarda facetas menos admisibles que la muerte.
A.